martes, 13 de abril de 2010

En el Objetivo

Antes de empezar a relatar, quisiera comentar que esta entrada es fruto de mi (calenturienta) imaginación a raíz de una conversación con una persona vía msn y de un post que leí no hace mucho.

Que sea imaginada no significa que no desee, o mejor dicho espere, que se haga realidad en un futuro lo más cercano posible.

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En el Objetivo

Las reglas del juego estaban claras, ella, él y el objetivo de la cámara por medio. Esa sería la única interacción posible que permitiría una sesión relajada que le permitiera tanto a ella como a él demostrar todo el talento que llevaban dentro.

Ella quería jugar con la cámara, volcar en ella toda su sensualidad y erotismo de la que todo el mundo le hablaba y él... él quería ver si podría superar esa prueba de fuego, si podría superar su nerviosismo y dar todo de sí en plasmar en imágenes todo aquello que su imaginación le dictaba.

Durante los días previos, él buscaba inspiración en cualquier rincón, no quería burdas fotos o de contenido que no fuera estrictamente sensual, internet ya estaba saturado de suficientes fotos explícitas donde cuerpos desnudos en posturas explícitas ya no provocaban el más mínimo interés, o al menos no el que él quería.

Nervios en el estómago, sudor en las manos, pánico escénico y un ligero temblor de manos se sucedían camino del hotel donde ella le esperaría, tal y como habían quedado vestida elegantemente con una falda por encima de las rodillas y medias de malla, combinado con una camisa ajustada, que marcase sus pechos de los que ella estaba especialmente orgullosa.

Tres golpes en la puerta de la habitación fueron suficientes para que ésta se abriera lentamente, sin prisas en un silencio que le permitía oír claramente los latidos de su corazón. Él esperó a que la puerta se hubiera abierto totalmente para, levantando la vista desde el suelo observarla en la entrada, mirándole fijamente a los ojos, unos ojos que lo intimidaban y que lo penetraban hasta lo más profundo de su ser.

Antes de que pueda decir nada, ella le indica con el dedo índice en sus labios que no diga nada, que pase y se ponga cómodo, es importante para ella no romper la atmósfera. Dos besos en cada mejilla permiten su acceso a la amplia habitación donde puede verse una mesita con un bolso y una cama perfectamente hecha donde se desarrollará la mayor parte del juego.

Ella nota su nerviosismo y excitación y le gusta, siempre suele dar lo mejor de sí cuando se siente deseada y dueña del control de la situación. El deseo hace que se desinhiba.

"Yo estoy lista, ahora sólo toca que me dejes hacer e inspirarme y tú misión será no perder detalle, así que coge la cámara y cuando estés listo empiezas".

Él sigue sentado en una silla delante de la cama por lo que ella se sienta en el borde de la cama justo enfrente de él sin quitarle la vista de encima. Él la recorre con la mirada, pelo, ojos, pecho, cintura... mientras ella, poco a poco se deja caer en la cama y mientras lo hace, entreabre ligeramente las piernas para que él observe durante unas décimas de segundo sus braguitas rojas negras bajo sus medias de malla.



...

Continuará..

(se aceptan sugerencias vía mail, es más me gustaría recibirlas para incluir ambos lados de la historia)