lunes, 7 de diciembre de 2009

...y tú, ¿cómo te sientes hoy?

¿Eres exhibicionista o voyeur?
¿Te gusta el sexo salvaje o suave?

Estas y otras preguntas, al menos para mí, no tienen una respuesta clara. Me explico.

Últimamente me he dado cuenta que, dependiendo del día, mi estado de ánimo "sexual" pasa desde el lado de pasivo, donde lo que más me apetece es charlar y conocer al otro hasta un lado más visceral, donde los instintos sexuales están a flor de piel y te apetece sexo y más sexo, sin contemplaciones, siendo el amor secundario.

No sé si a más gente le pasa y de ahí mi post, por simple curiosidad me gustaría crear una entrada sin fecha de caducidad donde cada un@ pueda expresar su estado de ánimo sexual. Ver encuesta en la barra de la derecha.

La pregunta es, ¿y tú, como te sientes hoy sexualmente?.

Os dejo mi respuesta a día lunes 7 Diciembre: Sexo muy pasional y directo.

Un beso

Hungry Heart

martes, 1 de diciembre de 2009

Tres deseos

De vez en cuando, me gusta comprobar si alguien me lee y más aún, su opinión, por lo que ahí va una historia corta donde al final os pido vuestra opinión.

Aquel día, ambos se citaron donde siempre con el mismo objetivo, sexo visceral, sin tapujos, sin amor, o mejor dicho, el amor no era lo más importante. Ambos tenían necesidad del otro, de su cuerpo, de tocarse, de besarse, de lamerse...

Aquel día ella le daría una sorpresa. Aquel día ella le concedería tres deseos y él podía elegir.

- Hola HH, si pudieras elegir, qué tres deseos te apetecería
- ¿Los tres que quiera?
- Sí, pero por favor, sé más original del "boca, coño y culo" típico.
- Ok, entiendo.
- Dispara
- Entonces diría, sexo, ilimitado, sin cansancio. Así es como me gustaría poseerte ahora.
-Entonces que así sea. Ahora todo depende de ti.

Y si tú pudieras elegir, ¿qué tres deseos pedirías?

viernes, 27 de noviembre de 2009

Irene

Hay días en que sin saber cómo ni por qué, lo que empieza mal, acaba, para sorpresa de muchos, no mal sino increíblemente bien. Lo que voy a contar me sucedió hace un tiempo cuando yo tenía 25 años aproximadamente y la englobo dentro de las fantasías eróticas que alguna vez han de se
r llevadas a cabo, si se puede y se quiere. Yo quería y pude.

Para empezar a situar el momento, debería comentar que los dos últimos días habían sido bastante malos, con broncas continuas con la novia, por lo que moralmente estaba un poco decaído y, sobretodo, vulnerable.

Con el fin de quitarme el mal rollo que tenía en la cabeza, aquel viernes decidí que era el momento de salir un poco sólo, sin amigos, parejas ni nada por el estilo. Aquella noche era para pensar, tomar unas copas en cualquier garito de la ciudad, reflexionar y acostarse relativamente pronto. Casi lo conseguí...
Recuerdo que era verano y hacía un calor sofocante por lo que decidí darme una ducha relajante antes de ponerme en marcha hacia mi primer destino, un bar de copas que acostumbraba a frecuentar en mis tiempos de universidad y que aún permanecía abierto. Dado que el motivo de la salida era, pura y simplemente terapéutico, unos tejanos y una camisa blanca fueron más que suficiente para ponerme en marcha, hoy no tocaba ir de punta en blanco o con la ropa que más me gustaba y que, por qué no decirlo, mejor me sentaba.

El bar, como la mayoría de los garitos universitarios estaba bastante lleno, con grupos de gente que charlaban y reían, algunas parejas sentadas en las pocas mesas que habían en el local y con algún que otro solitario como yo apostado en la barra, bebida en mano y mirada perdida en las diferentes botellas de la barra.




Después de algún que otro codazo conseguí pedir, whisky con hielo como siempre, y me dediqué a escrutar el paisaje; es algo que me encanta hacer, mirar sin ser visto, observar reacciones, expresiones de la gente al hablar, gestos, etc.

Una de las veces que iba recorriendo con la vista la barra del bar, observando esta vez a las solitarias, mi vista se centró en una chica que había casi al final de la barra y cuya cara me resultaba muy familiar. La observé durante unos segundos para cerciorarme de que realmente era ella, no quería cagarla en un sitio así ya que parecería un método bastante cutre de ligoteo. En una de estas, la chica levantó la vista, me miró, y justo en ese momento, al ver la expresión de duda en su cara, pude certificar que realmente era ella, así que, sin dudarlo me dirigí a saludarla.



- Hola señorita, dije en tono infantil e irónico.
- Ajá, así que eres tú Hungry Heart, al verte hace un momento me lo habías parecido pero no estaba segura, ya sabes hace muchos años que dejaste el instituto.
- Pues sí, la verdad, casi 7 años han pasado ya.
- Me alegro mucho de verte.
- Yo también, no te lo puedes imaginar, dije.
- Y qué haces aquí, ¿estás esperando a alguien?.
- No, es más, espero no ver a ningún conocido hoy. Digamos que es un mal día para hablar con conocidos.
- Te entiendo, dijo ella, yo también estoy hoy igual que tú. Necesito desintoxicarme mentalmente.

Mientras iba hablando con Irene, así se llamaba mi antigua profesora de Dibujo Técnico en el instituto, fui observándola disimuladamente, o quizá no tanto porque ella se dio cuenta. Aquel día llevaba una falda azul corta, sin llegar a minifalda y una camiseta naranja de tirantes que marcaban sus pechos, pequeños pero firmes.

- Ja, ja, ja, veo que no has cambiado, Hungry Heart.
- ¿Cómo?
- Nada, nada.
- Ya, sé a lo que te refieres pero no es exactamente así. Sabes qué pasa, ahora, visto con 7 años de perspectiva, no me pareces la señora mayor que me daba clase, te veo mucho más joven o eso me parece. En aquellos días eras la señorita Irene y me parecías una mujer hecha y derecha, por decirlo de alguna forma.

- Sí, acostumbra a pasar. Los alumnos ven a sus maestros como si fueran muchísimo más mayores que ellos, pero si lo piensas, cuando te daba clases, tenía unos 26 años, casi los mismos que tú debes tener. Ahora tengo 33 como puedes deducir.
- Será eso, el tema es que ahora te veo más joven, sin tantas diferencias conmigo.
- Bueno, digamos que tú tampoco eres el jovencito que eras, en ti si se aprecia el cambio.
- ¡Te has ganado otra copa! dije entre risas.
- No, no, quien se la ha ganado es tú, me ha gustado lo que me has dicho.

A partir de ese momento, y una vez consumidas las diferentes copas que cada uno se había ganado, la conversación se fue haciendo más fluida y menos desinhibida.

- ¿Puedo serte sincero, Irene?
- Sí, por favor, hoy necesito que alguien lo sea.
- En aquella época, en los dos años que fuiste mi profesora, estaba terriblemente enamorado de ti. Supongo que es algo que nos pasa a todos los que hemos estudiado, ¿no te parece?.
- Sí, a mí también me pasó con algún profesor...y ya que lo comentas, ya que hablas de sinceridad te diré que lo sabía, lo notaba en tus ojos cada vez que me hablabas, o cuando me mirabas de reojo creyendo que no te veía, jajajaja.
- ¡No me fastidies! ¿Tanto se me notaba? Vas a hacer que me ruborice.
- Tranquilo, es normal. En esa época las hormonas son superiores a vosotros. Yo me sentía muy halagada cuando veía como me mirabas.
- Joderrrr, si lo llego a saber te tiro los tejos, dije medio en broma.
- Casi mejor que no, siendo tú menor y además mi alumno, te habría dado calabazas y no sé como lo habrías aceptado, me entiendes, supongo. Ya sabes el dicho, "donde tengas la olla..."
- Sí, si claro. Por suerte en aquella época tampoco ibas tan guapa vestida a clase porque sino, mis hormonas, como tú dices, me habrían matado...
- ¿Tus hormonas? O las mil pajas que te habrías hecho en mi honor, dijo Irene con sonrisa pícara, sabiendo que sus palabras iban a sonrojarme.
- ¿Masturbarme yo?, pero si eso es pecado y te manda directamente al infierno, sino te deja ciego antes, ¿no?, dije irónicamente guiñándole el ojo.
- Ya os conozco a los adolescentes, demasiados años con ellos para no saberlo. Además, no me importaba lo más mínimo.

En ese momento, cuando la conversación se iba haciendo cada vez más caliente Irene comentó que, dado que aún nos debíamos unas copas, podíamos ir a una discoteca cercana, que tenía ganas de bailar, por lo que evidentemente accedí, eso sí, tras indicarle que lo mío no era el baile, pero que haría lo que pudiera.

- Tranquilo, esta noche bailo yo, pero ya verás como te animas una vez allí.

Y vaya si lo hice. Una vez en la discoteca, Irene ni me dejó acercarme a la barra a pedir, directamente me cogió de la mano y me dirigió al medio de la pista. Una vez allí, empezó a bailar de una forma que pocas veces he visto, con energía, moviendo la cabeza y la melena de un lado a otro de una manera terriblemente sexual. No podía dejar de mirarla, bueno, ni yo ni nadie de nuestro alrededor. Chicos y chicas admiraban su buen hacer en la pista y por un momento me sentí el tipo más afortunado de la tierra, aunque también el más caliente.

- Se te está quedando la misma cara que en el instituto, dijo mientras bailaba y me tendía la mano.
- Créeme, dudo que hayas visto esta cara. Es lo más parecido que tengo al placer extremo, me encanta como bailas y creo que no soy el único, más de un chico con pareja te está mirando de reojo y me siento afortunado.

- Sabes, nunca me habían dicho cosas tan bonitas y a la vez tan sensuales como tú has hecho hoy y por eso, y porque sé la reacción de los hombres al verme bailar hemos venido.

Y dicho esto, volvió a cogerme de la mano, se acercó a mí y me besó, pero no de forma delicada, sino salvajemente, colocando sus manos en mi nuca mientras metía su lengua en mi boca.

- Vamos a un sitio más tranquilo, dijo. Allí, tras esa pared.

Una vez llegamos a la semipenumbra del local, Irene volvió a su ataque, besándome los labios, el cuello, otra vez los labios mientras me iba susurrando.
- Hoy necesito hacer locuras y quiero hacerlas contigo, dijo mientras cogía mi mano y la colocaba en su culo. Soy todo tuya, y quiero sentir que te vuelvo loca.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Cambio de mentalidad

...y después de mucho tiempo él volvió, pero no lo hizo de la misma manera en que se fue, ahora algunas cosas habían cambiado, algunas dudas estaban resueltas o al menos eso esperaba.

Primero fue un post de una antigua amiga y luego otro de otra diferente y, después de pensárselo mucho, decidió que era el momento de decir Hola.

Y lo hizo, y explicó las razones del alejamiento y de las razones que le habían hecho volver, ayudar en lo posible. Pero todo tiene un peaje, los viejos fantasmas del pasado que sabía que podían volver y no quería que fuesen malinterpretados.

Y habló con ella y le dijo "qué tal estás" y así volvieron a chatear como en los viejos tiempos.

Rompió su regla y decidió quedar con ella para hablar y decirle que contara con él para cualquier ayuda y ella se lo agradeció.

En un momento de la conversación, sentados al sol en el parque y ambos con las gafas de sol puestas, ella le preguntó si aún le apetecía acostarse con él y él dijo que sí. Había fantaseado con ello varias veces y decidió que ella pondría el guión y él uno de los papeles principales. Esta es la historia que ella me propuso:

"Llegado el momento, quedarían para un día, el gran día en el que él se escaparía antes del trabajo, cogería la moto y se presentaría en su casa donde ella, tal y como le había explicado, le esperaría caliente y semidesnuda. Él llamaría al timbre y una vez dentro de su casa, ella lo arrinconaría contra la pared y empezaría a besarlo con pasión, introduciendo su lengua húmeda en su garganta mientras las manos de ambos recorrían sus cuerpos. Pasado este primer recibimiento, ella, sin dejar de mirarlo lascivamente, iría bajando lentamente por su cintura hasta llegar a la cremallera de su pantalón para, poco a poco, ir bajándola hasta que su miembro quedara justo en frente de su cara. Su boca, aún húmeda por el intercambio de jugos, iría besando su polla sin prisas para posteriormente metérsela toda ella en la boca, primero la punta, luego toda entera hasta que sus labios tocaran sus testículos. Mientras tanto, su lengua iría jugueteando con las paredes de su polla a la vez que iba metiéndosela y sacándosela de la boca.



Como no quería correrse tan pronto en su boca, ni ella quería que él acabase tan pronto, sacó la polla de su boca y, cogiéndolo de la mano lo dirigió hacia su cama para seguir con sus fantasías. A cuatro patas le pidió que la follase por detrás y, como sus palabras eran órdenes, así lo hizo. Su polla entró en su coño húmedo, él lo notó por lo fácil que fue entrando su polla, casi sin resistencia y cuando ya llevaba un buen rato dentro suyo, ella le dijo que ya estaba lo suficientemente lubricada su polla para entrar por su culito. Había llegado el momento, ella a cuatro patas excitadísima por ser sodomizada por él, y él loco de excitación por poseer su culito que ahora yacía a cuatro patas esperando ser penetrado. "Sepárate las nalgas con las manos, para que pueda follarte mejor le dijo y ella obedeció sumamente excitada".



Apoyó su polla en el orificio del culito y fue entrando en él mientras ambos se retorcían de placer. Mientras él iba moviendose, ella se masturbaba, metiéndose un dedo en su coñito, luego dos y finalmente un consolador, su consolador con el que lo había tentado mucho tiempo atrás. En su fantasía, ambos seguían follando hasta que, al final, ambos llegaban al orgasmo a la vez..."

Y este sería el primer asalto...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Desenfreno

Desde hacía unos días, sentía que había perdido el control sobre su cuerpo. Notaba que el impulso sexual estaba a flor de piel y necesitaba saciarlo.

Todo su autocontrol estaba ahora desvalido y él lo notaba, pero no podía hacer nada par evitarlo.

Necesitaba sexo y ahora no habría nada que se lo impidiese, ahora, sin dejar de ser discreto como siempre, empezaría a dar algunas señales que esperaba ser captadas.

...y en el proceso de seducción estaba...

Ahora realmente entendía qué era un Corazón Hambriento.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Me gusta más...

Me gusta jugar, más que saber el resultado
Me gusta lo ilimitado, más que ponerle un tiempo máximo
Me gusta intuir, más que verlo claramente
Me gusta explicar, más que te lo expliquen
Me gusta que me expliquen, más que simplemente verlo
Me gusta compartir, más que pensar sólamente en mí

Me gusta...así es como me gusta el sexo

Y a ti, ¿qué es lo que te gusta?

miércoles, 14 de octubre de 2009

Corazón Hambriento - Hungry Heart

Hungry Heart

got a wife and kids in Baltimore Jack
I went out for a ride and I never went back
like a river that don't know where it's flowing
I took the wrong turn and I just kept going

everybody's got a hungry heart
everybody's got a hungry heart
lay down your money and you play your part
everybody's got a hungry heart

I met her in a Kingstown bar
we fell in love I knew it had to end
we took what we had and we ripped it apart
now here I am down in Kingstown again

everybody's got a hungry heart
everybody's got a hungry heart
lay down your money and you play your part
everybody's got a hungry heart


everybody needs a place to rest
everybody wants to have a home
don't make no difference what nobody says
ain't nobody like to be alone

everybody's got a hungry heart
everybody's got a hungry heart
lay down your money and you play your part
everybody's got a hungry heart




Corazón Hambriento

Tenía mujer e hijos en Baltimore Jack
Salí a dar una vuelta y nunca volví
Como un río que no sabe adónde va
Hice un mal viraje y seguí adelante

Todo el mundo tiene un corazón hambriento
Todo el mundo tiene un corazón hambriento
Deja tu dinero y haz tu papel
Todo el mundo tiene un corazón hambriento

La conocí en un bar de Kingstown
Nos enamoramos pero sabía que tenía que terminar
Cogimos lo que teníamos y lo hicimos pedazos
Ahora aquí estoy en Kingstown otra vez

Todo el mundo tiene un corazón hambriento
Todo el mundo tiene un corazón hambriento
Deja tu dinero y haz tu papel
Todo el mundo tiene un corazón hambriento

Todo el mundo necesita un lugar donde descansar
Todo el mundo quiere tener un hogar
No importa lo que diga cualquiera
A nadie le gusta estar solo

Todo el mundo tiene un corazón hambriento
Todo el mundo tiene un corazón hambriento
Deja tu dinero y haz tu papel
Todo el mundo tiene un corazón hambriento